Gobierno José Joaquín Pérez M
Gobierno de José Joaquín Pérez Mascayano (1861 - 1871) |
José Joaquín Perez. |
José Joaquín Pérez Mascayano nació en Santiago el 6 de mayo de 1801 y falleció en la misma ciudad el 1° de junio de 1889. Sus padres fueron Santiago Pérez Salas y María de la Luz Mascayano Larraín.
El joven José Joaquín estudió en el Real Colegio Carolino, en el Instituto Nacional y en la Universidad de San Felipe.
Más tarde fue secretario de la Legación de Chile en los Estados Unidos, siendo nombrado, en 1829, Encargado de Negocios en Francia, y en 1830 fue embajador en Argentina.
Salió elegido diputado suplente por Santiago (1834-1837); fue vicepresidente de la Cámara de diputados dos veces y luego, presidente de la misma (5 de agosto de 1842); diputado por Puchacay (1840-1843); diputado por Curicó (1843-1846), y vicepresidente (7 de octubre de 1846 y 4 de agosto de 1848); de nuevo presidente de la Cámara de Diputados (5 de agosto de 1850), y diputado por Santiago (1849-1852).
Fue nombrado ministro de Hacienda subrogante (12 de septiembre de 1844 y 5 de marzo de 1845), e interino (17 de abril de 1845), del Interior y de Relaciones Exteriores (12 de junio de 1849).º
Elegido senador (1852-1861) y vicepresidente del Senado en tres ocasiones. Fue consejero de Estado durante la administración del presidente Montt, y el 18 de septiembre de 1861 fue elegido Presidente de la República; perteneció al Partido Nacional, pero gobernó con la fusión liberal-conservadora.
Subió al poder apoyado por todos los partidos y todas las personas que ansiaban tranquilidad después de las agitaciones de la Guerra Civil de 1859.
Uno de sus primeros actos fue la sanción de la ley de amnistía a favor de todos los desterrados por causas políticas. Su primer ministerio lo constituyó con Manuel Alcalde Velasco como ministro del Interior, Manuel Rengifo Vial en Hacienda, el obispo de La Serena Justo Donoso en Justicia, Culto e Instrucción Pública, y conservó en las carteras de Guerra y Marina al general Manuel García. Este gabinete fue el reflejo de la situación de calma, reconciliación y olvido que había precedido a las elecciones.
Sin embargo, la situación de armonía no perduró mucho tiempo. A poco andar, el Partido Nacional se separó de él, y lo mismo hizo un grupo de los más avanzados liberales. Estos últimos exigían la pronta reforma constitucional y pasaron a denominarseradicales, siendo sus líderes los hermanos Matta y los hermanos Gallo. El Gobierno, entonces, se apoyó en aquella combinación política que lucho contra el Presidente Montt, la llamada fusión Liberal -Conservadora.
El presidente Pérez, ante la situación insostenible, reemplazó, el 5 de julio de 1862, al ministro del Interior por Manuel Antonio Tocornal, quien se hizo cargo de la cartera el 9 de julio. El nuevo ministerio se integró con José Victorino Lastarria en Hacienda, Miguel María Güemes en Justicia, Culto e Instrucción Publica, y Marcos Maturana en Guerra y Marina. Las elecciones de 1864 vinieron a dar tranquilidad al ambiente político.
En medio de esta calma, el incendio de la Iglesia de la Compañía enlutó a la capital con sus numerosas víctimas.
Incendio en La Compañía
El 8 de diciembre de 1863 se produjo el incendio de La Compañía, templo colonial edificado por los jesuitas situado en la parte más central de Santiago, causando la muerte de más de 2.000 personas. El hecho se produjo cuando se oficiaba un servicio religioso en honor de la Virgen. De pronto, una de las colgaduras del templo se quemó a consecuencia de la llama de una vela encendida. El fuego se extendió hasta convertir la bóveda en hoguera. Entretanto, la multitud que llenaba la iglesia, formada principalmente por señoras de la alta sociedad, se arrumbó sobre las puertas procurando salvarse. Pero el esfuerzo fue inútil; unas personas caían sobre otras y levantaban en las salidas un muro humano. La angustia y desesperación se apoderaron de la ciudad.
Desde entonces, ante la negación de volver a reedificarse la iglesia, se la convirtió en jardín (hoy del edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores), en donde se levantó, como monumento conmemorativo, la imagen de la Virgen María.
Guerra con España
En 1866 se declaró la guerra a España, a la que entró Chile por solidaridad al Perú y a la causa americana.
España no había reconocido hasta 1864 la Independencia del Perú. Desde la Batalla de Ayacucho (1824) y la capitulación del Callao (1826), últimas campañas de la Independencia del Perú, hasta 1864, el reino español, sostenía que se había extendido un estado de tregua, y que no debía tratar al Perú de otro modo que como colonia. Por su parte, los gobiernos peruanos, ciertos de su soberanía, se negaron a reconocer las cuentas que dejaron pendientes los virreyes coloniales. Ante esta situación, España envió al Perú un negociador, que era un “comisario” como los establecidos en la época colonial. Tal enviado venía acompañado de una pequeña escuadra, en que viajaba además una legación de hombres estudiosos, que debían hacer observaciones científicas y estrechar relaciones entre los estados americanos del Pacífico y España.
Es así como los buques pasaron por los puertos de Chile, con el enviado, ante lo cual el Gobierno del Perú se negó a tratar con él, declarando que sólo trataría con un "plenipotenciario" y que este “comisario” significaba una ofensa a la dignidad de la nación peruana. El enviado se trasladó con su escuadra a las islas Chinchas y las ocupó militarmente, en nombre de Su Majestad Isabel II (reina de España), declarando el derecho de reivindicación de la exmetrópoli para recuperar su perdido virreinato o parte de él.
En Perú, tal hecho generó la respectiva indignación. Las islas Chinchas producían el guano, fuente de riqueza del país, y con el acto de ocupación se utilizaba un abuso de la fuerza. Sin embargo, nuevos refuerzos llegados de España y la impotencia en que el Perú se hallabapara defender sus derechos instaron al gobierno de este país a tratar con el almirante José Manuel Pareja, jefe de las naves españolas. Pero el pueblo peruano se sublevó, dirigido por el coronel Mariano Prado, y derrocó al gobierno, llevó al poder a este caudillo e impuso la defensa nacional contra España.
Esa misma actitud de Perú se extendió a toda la América porque se esgrimía como un precedente de consecuencias fatales para la integridad del territorio de las antiguas colonias permitir el avance de la exmetrópoli. El sentimiento de solidaridad americana se realzó en todos los países de este continente. En Chile se reclamó contra España. Se celebraron manifestaciones en distintas ciudades, y en Santiago, fue violentada la legación española. El gobierno declaró contrabando de guerra el carbón de piedra de que se surtía la escuadra invasora.
El 17 de septiembre de 1865, día anterior para la conmemoración de la independencia nacional, la escuadra española se presentó en Valparaíso. El 18 de septiembre, se recibía en La Moneda un ultimátum. Según ese documento, España desconocía el acuerdo celebrado con su diplomático en Chile y España exigía que se saludara su bandera en el puerto con 21 cañonazos. La declaración de guerra a España no se hizo esperar.
Chile tenía sólo un buque medianamente utilizable, la "Esmeralda", que tuvo que ir a resguardarse en los canales de Chiloé, para escapar a la escuadra de Pareja. Usando la sorpresa, este débil barco, al mando del almirante Williams Rebolledo, pudo capturar, frente a las costas de Papudo, a la goleta española "Covadonga" de la armada española. El almirante Pareja, al saberlo, se suicidó, no sin antes bloquear los principales puertos de Chile. El comandante Casto Méndez Núñez, lo reemplazó.
Bombardeo de Valparaíso
España ordenó a Méndez Núñez retirarse del Pacífico; pero antes de hacerlo debía bombardear los puertos de Valparaíso y el Callao. Méndez Núñez cumplió con la orden. El bombardeo de Valparaíso se produjo en la mañana del 31 de marzo de 1866. El fuego se prolongó durante cuatro horas. Los almacenes de aduana, los edificios públicos y el centro comercial fueron los aciertos de las balas. Los daños alcanzaron un valor de catorce millones de pesos. Posteriormente, la escuadra española enfiló rumbo al Callao donde, luego de varias horas de combate, los buques de Méndez sufrieron grandes daños y se retiraron a España.
Las consecuencias derivadas de la guerra fueron: el sentimiento de solidaridad que había nacido durante los años de la emancipación, fue fortalecido con el fin de defenderse ante cualquier propósito de conquista por parte de los países europeos.
Terminada la guerra con España, el presidente Pérez fue reelegido para un nuevo período constitucional, de modo que al igual que sus tres antecesores, gobernó el país por espacio de 10 años.
El primer período fue fructífero en el desarrollo de los servicios públicos, se construyeron líneas férreas, caminos, se tendieron líneas telegráficas y se dio auge a la educación. Esta labor fue continuada en la segunda administración. En 1867 se promulgó el Código de Comercio y se realizó la primera Exposición Agrícola Nacional (1869) en la cual se expusieron maquinarias agrícolas, sistemas de cruzamientos para mejorar el ganado, etc.
También bajo este gobierno se incorporaron nuevos territorios civilizados al país, como fue Llanquihue y Valdivia, colonizados principalmente por alemanes.
Colonización al Sur del Bío-Bío
La colonización de las regiones de Llanquihue y Valdivia, se extendió a la Araucanía. Ella no sólo se hizo con elementos extranjeros, sino también con nacionales, a través de autorizaciones o ventas de lotes de terreno ubicados dentro de los dominios indígenas.
En los comienzos de la administración de Pérez surgió entre los indígenas un francés, el cual comerció y reunió a los indígenas proclamándose rey de la Araucanía. Su propósito era liberar a sus súbditos de la tiranía del Gobierno de Chile, y se designó Orélie Antoine I.
Esto puso en advertencia al gobierno, con lo que decidió la incorporación definitiva del territorio araucano a la República. Para ello fue necesario reducir a los indígenas a través de la creación de ciudades y fuertes, avanzando lentamente al interior.
Libertad de Cultos y Reforma Constitucional
El movimiento político del segundo período fue relativamente tranquilo. En 1865 se dictó una ley interpretativa de la Constitución referida a la religión católica, la exclusiva del Estado. La ley declaró que los no católicos podían ejercer su culto en recintos privados y sostener escuelas particulares para la educación de sus hijos de acuerdo a sus creencias. Así quedó establecida la libertad de culto.
Pero los elementos radicales y nacionales desearon obtener otras reformas que apuntaran al debilitamiento de la autoridad del Poder Ejecutivo. Nacieron así los clubes de la Reforma en Santiago y en provincias, dirigidos a mantener una actividad en favor de las doctrinas de avanzada.
Sin embargo, sólo se logró la prohibición de reelegir al presidente de la república. En 1871 se estableció que para optar a un nuevo período constitucional para la presidencia de la república, sólo podría reelegírsele cuando hubiera transcurrido otro periodo; es decir, cinco años después de su período. Fue esta la primera reforma tras 38 años desde su promulgación.
En 1867 había muerto el ministro Tocornal, dejando el campo libre a los liberales Federico Errázuriz Zañartu y Domingo Santa María, para disputarse la presidencia de República. Los partidos de oposición presentaron como candidato a José Tomás Urmeneta. Triunfó Errázuriz, a quien Pérez entregó el poder el 18 de septiembre de 1871.
Pérez fue luego elegido senador de la República (1873-1882) y presidente del Senado (2 de junio de 1873).